Me presenté a un casting para entrar en el grupo de teatro de la universidad, no tenía ningún tipo de formación ni experiencia, aquel director vio en mí algo que yo no sabía que tenía, sacó lo mejor de mí, pero sobre todo despertó en mí una gran ilusión, algo con lo que me divertía, y además al final del camino veías tu gran recompensa, el aplauso, una especie de flechazo que se te mete por los huesos y te llega al corazón, te atrapa tanto que quieres vivir para el resto de tu vida así.
Fueron unos años muy bonitos, el teatro universitario finalizaba y había que seguir disfrutando, pero de otra forma, me centré en mis estudios, pero aquella llama que se había encendido en mí, no se apagaba, y entonces otra vez el destino dio otra oportunidad, un director me comentó que fuera a ver el trabajo de una directora que en ese momento estaba con Cyrano de Bergerac, sentí una gran admiración enseguida, quería trabajar con esa directora, pero el primer paso era conocerla, pedí su email, y empecé a dar clases de interpretación con ella , al igual que me primer director, ella vio algo en mí especial, y yo también en ella.
Los primeros años fueron de un gran trabajo, logré compaginar mis estudios universitarios, con las clases de interpretación, pero yo en el fondo, lo veía como un hobby, y ella me quería hacer ver el teatro, como una forma de vivir, de ser, de respirar, logré trabajar con ella en Cuentos de Camerón, y pocos años después me ofreció una gran oportunidad, yo no pude aprovecharla.
Mi vida personal superaba mis ganas de hacer teatro, pero lo bonito de la vida es que siempre puedes volver a salir a flote después de hundirte....
Retomamos las clases de teatro, pero yo esta vez, lo empecé a entender como algo que es tuyo, que eres responsable, que formas parte de ello, y entonces esta vez sí que supe aprovechar mi gran oportunidad, tenía una cuenta pendiente con Cyrano de Bergerac.
Pero lo mejor es que por fin entiendo el compromiso que tengo con el teatro, el respeto que le tengo, y es lo que intento impregnar todos los viernes y sábado en el Teatro Victoria de Madrid con Cyrano de Bergerac, encima del escenario, me considero un actor con mucha suerte, por todo lo que aprendo con Palomiski, como actriz, directora, pero aún me considero con más fortuna, por compartir otras cosas más valiosas además del teatro contigo, gracias amiga.
"Me he reído contigo, he llorado por tener que abandonarte, me has matado, me has resucitado, y tu sigues ahí acechándome por las fachadas de las calles, por los periódicos, estás en todos los sitios de mi vida, en el local de Ribadavia, pero ahora que volvemos a estar juntos, ya nunca más me quiero separar de ti, eres como el primer amor que deja huella, ya eres parte de mi vida, y yo soy parte de tu vida .- gracias TEATRO."
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