¡Qué bronca!, pero al menos no me echaron a la calle, de momento. ¡Y qué carta!, qué carta, todavía me creo el hombre mas atractivo del mundo y más cuando desde esa tarde no han dejado de llegar misivas. ¡Si! ¡UNA CADA DÍA!, no consigo pillar in fraganti a la amante misteriosa de papel, no tengo ni idea de como lo hace para dejar los escritos en el descansillo sin que yo le vea, es mas, a veces pienso que me vigila, y la verdad es… que me produce una mezcla entre terror y un morbazo que flipas.
Y hoy, día de los enamorados, no puedo dejar de felicitar a todos aquellos que creen en el amor, pero más aun, a los que creen en la reciprocidad, qué eso si qué tiene mérito.
Yo, un romántico empedernido reconozco que no creo en el amor eterno, sino más bien en “uno quiere y otro se deja querer”, y que a veces, el miedo a la soledad nos hace lanzarnos a misiones imposibles.
Mis experiencias pasadas y lo que puedo observar a mí alrededor pesan demasiado en el ADN de los pensamientos.
Pensamientos y certezas varias de que todo, no deja de ser un préstamo de la vida, designado o forzoso, pero al fin y al cabo un adelanto que luego te arrebatan teniendo que pagar unos intereses altísimos. La juventud, el amor, la salud y un largo etcétera que tarde o temprano sufragarás con sentimientos diferentes dependiendo de cómo cada uno se tome la hipoteca del azar.
Por eso hoy he decido desde mi altar de ilusiones disfrutar al máximo de lo que me presta la vida, y retomar algo que me financió el pasado, y yo un día abandoné, el teatro.
Si, yo tenía un grupo de teatro, la verdad que me daba tanto que a veces me olvidaba de mi mismo y de mi mujer, por eso, cuando ella murió no supe como manejar la responsabilidad de no haberle dedicado más tiempo. Y abandone mis esperanzas artísticas.
Y todos pensareis que contradicción, por qué ahora quiere volver al teatro y no se dedica a investigar quien es la bella dama y tratar de disfrutar del amor misterioso.
¡Muy fácil! Las cartas me las he escrito yo, si lo reconozco, y ni existe la dama ni las cartas ni soy el hombre más atractivo del mundo, pero que conste, no soy ningún psicópata. Tan sólo buscaba una motivación, una excusa para volver al mundo escénico. Y ya la he encontrado, simplemente el amor, el amor al teatro.
Ahora lo veo claro, necesito hacer teatro, hoy día de los enamorados, confieso que amo el teatro por encima de todo, y no me importa el pago, lo haré.
Hace tiempo el destino me desahucio a pesar de liquidar cada uno de los intereses de dolor, lágrimas y culpabilidad, pero hoy saco mis ahorros de anhelos, los talones de fantasía y cojo todas esas quimeras en “B” guardadas bajo el colchón para comprar un sueño al que renuncié y que me pertenecía. Escenarios temblad… he vuelto y lo hago para vivir las historias mas fascinantes de mi vida.
Feliz día del teatro. ¿Por dónde empiezo?