Mis ojos se abren tras un sueño maravilloso que parecía eterno observando ahora ese camino lleno de piedras que tengo que seguir, terreno en cuesta, rodeado de pantanos sin “luz de luna” que guie sendero alguno. ¡Vamos! que de pronto me he dado cuenta que tengo la nevera vacía. Está claro que los milagritos no están hechos para mi, ni yo para ellos.
Reconozco que alego melancolía cuando en realidad… mientras se agotan mis esperanzas, mi alma se llena de sensaciones nuevas, sentimientos arrinconados salen a la luz para gritar a mi maltrecho corazón que puedo volver a amar. Lo mire por donde lo mire, ha sido genial pensar en esa dama hermosa y sensual, que seguramente no era muy lista pues se equivocó de puerta, ha podido quedarse prendada de mi porte elegante y único, ¿qué pasa? elegante y único, al menos eso dice mi madre.
Conclusión, comienzo la semana suspirando certezas varias. Que esa bella dama se equivocó de puerta Y que mi nevera está vacía pero mi alma llena.
Por ahora…
P.D. FIJÁNDOME BIEN, MI NEVERA TAMPOCO ESTÁ TAN VACIA.